martes, 29 de noviembre de 2011

MATERIALISMO E IDEALISMO

Gerardo Giovanni Saez de Nanclares Furlong

Como vimos en la clase, existen diferentes tipos de filosofía, pero de dos nos enfocamos en el transcurso de la clase que son el materialismo y el idealismo. En resumen de esta clase y lo que entendí y me quedo claro es que los materialistas afirman que hay una relación determinada entre el ser y el pensamiento, entre la materia y el espíritu. Para ellos, el ser, la materia, es el elemento primordial, la cosa primera, y el espíritu lo dependiente.
Así pues, no es el espíritu el que creó la materia, sino que la materia creó el espíritu. Es decir, a través del desarrollo y la complejización de la materia, surgió la vida.
El materialismo, en especial el materialismo dialéctico, de ningún modo niega la existencia, importancia o especificidad de las manifestaciones espirituales. Lo que subraya es el hecho de que estas expresiones se originan en la materia, y en ella hay que buscar por tanto su explicación última.
La filosofía del materialismo es la base del marxismo. Esta filosofía, que quiere dar una explicación científica del mundo, progresa en el transcurso de la Historia al mismo tiem­po que las ciencias. Por consiguiente, el marxismo ha surgido de las ciencias, se apoya en ellas y evoluciona con ellas.
Antes de Marx y Engels hubo, en muchas oportunidades y en distintas formas, filosofías materialistas. Pero en el siglo XIX, habiendo dado las ciencias un gran paso adelante, Marx y Engels renovaron ese viejo materialismo partiendo de las ciencias modernas y nos dieron el materialismo moderno que se llama materialismo dia­léctico.
La célula, la transformación de la energía y la teoría de la evolución fueron los tres descubrimientos decisivos que crearon las bases para permitir a la filosofía ese gran salto.
En cambio, el idealismo filosófico es una doctrina que tiene como base la explicación de la materia por el espíritu.
Como un ejemplo de esta concepción para los idealistas como Berkeley, la materia no existe, sólo existe en nuestro espíritu. Para ellos, entonces, las cosas son el reflejo de nuestros pensamientos.

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